viernes, 15 de septiembre de 2023

Los seres humanos vivimos en un mundo lleno de competencia

 

Los seres humanos vivimos en un mundo lleno de competencia y estas competencias crean división, por tal motivo no les importa pasar por encima del que tengan que pasar para satisfacer sus propias necesidades, por consiguiente todo  ser humano tiene su propia dignidad que debe ser respetada aspecto que jamás se debe dejar mancillar como tampoco hacerlo a los demás, desafortunadamente la historia está llena de hechos en donde se ha mancillado la dignidad que ha dado paso  a los conflictos, reclamos y hasta guerra.

La dignidad es un valor intrínseco  y supremo que tiene cada ser humano independientemente de su situación económica, social y cultural así como sus creencias y su forma de pensar, dignidad es grandeza es una calidad de la cual una persona goza que es de gran valor y estima  ya que el ser humano la posee por si mismo nadie se la da, pues la tiene desde el mismo instante que nació.

 Además dignidad es el reconocimiento de la persona como ser digno de respeto, toda persona tiene que reconocer  las diferencias de las que rodean su entorno deben ser tolerantes para que así la persona se sienta libre, que entienda las bases que le permiten actuar y donde se considere capaz de desarrollar cualquier trabajo bien fundamentado, que se demuestre su dignidad  por su capacidad de ser virtuoso en sus actos, por eso dignidad es el  resultado del buen equilibrio emocional.

 

10 Consejos prácticos para practicar la bondad

1.    Planteárselo como meta cada día. Al comienzo de cada día, plantearse una meta concreta que te haga ser bondadoso con otra persona o personas y luego hacerlo a lo largo del día. Puedes programar un recordatorio con Google Calendar o cualquier otra aplicación o truco.

2.    Ser amable. En caso de duda, sigue este consejo. Por supuesto hay momentos en los que otras personas no quieren a alguien que actúe amablemente con ellos. Pero por lo general a todo el mundo le gusta sentirse bien tratado.

3.    Ayudar a los demás. Este es probablemente uno de los puntos débiles de nuestra sociedad. Bueno en realidad hay muchas personas que son muy  generosas  con los demás. Pero en general, hay una tendencia a pensar sólo en un mismo y hacer caso omiso de los problemas de los demás. No debemos mirar para otro lado ante las necesidades y problemas de los demás. Debemos intentar ayudar incluso antes de que nos lo pidan.

4.    Practicar la empatía. Que sea un hábito el tratar de ponerte en los zapatos de otra persona. Da igual la persona: tus seres queridos, compañeros de trabajo, gente de la calle… cualquier persona. Realmente trata de comprender lo que se siente al ser ellos, lo que ellos están pasando y por qué hacen lo que hacen.

5.    ¿Cómo te gustaría ser tratado? No significa tratar a alguien exactamente como te gustaría que te tratasen a ti. Más bien tratar de imaginar cómo quieren ser tratados, y hacerlo así.

6.    Escuchar a los demás. Otra debilidad: todos queremos hablar, pero muy pocos de nosotros queremos escuchar. Y, sin embargo, todos queremos ser escuchados. Así que tómate un tiempo para escuchar realmente a la otra persona, en lugar de simplemente esperar tu turno para hablar. Esto también ayuda a entender mejor a los demás.

7.    No juzgar.  Todos tenemos tenemos tendencia a hacer juicios, es la naturaleza humana, supongo. Pero debemos tratar de ver a cada persona como un ser humano individual, con diferentes pasados,  necesidades y sueños.

8.    No criticar. Todos tendemos una tendencia a criticar a los demás, tanto si se trata de personas que conocemos o gente desconocida -famosos, políticos… Sin embargo, pregúntate si te gustaría ser criticado en la situación de esa persona. La respuesta es casi siempre “no”. Así que evitemos la crítica, y en lugar de ella, aprendamos a interactuar con los demás de una manera positiva y asertiva.

9.    Practicar la compasión. Una vez de que puedas comprender a la otra persona, y sentir por lo que está pasando, y por qué actúa así, querrás  poner fin a su sufrimiento. Y cuando se pueda, inicia incluso una pequeña acción para aliviar de alguna manera su sufrimiento.

10.     Ser el cambio. El famoso Gandhi nos dijo que seamos el cambio que queremos ver en el mundo. Bueno, a menudo pensamos que esa cita se aplica a grandes cambios, como la pobreza, el racismo y la violencia. Cierto, sí se aplica a esas cosas … pero también se aplica a una escala mucho más pequeña: a todas las pequeñas interacciones entre las personas. ¿Quieres que la gente se trate con más compasión y bondad? Empieza por ti.  Incluso si el mundo no cambia, al menos lo has intentado.

 

CÓMO SER
UNA PERSONA BONDADOSA

   Trata a la gente con amabilidad y generosidad.

   Ayuda a la gente que lo necesite.

   Sé sensible a los sentimientos de la gente.

   Nunca seas cruel o hiriente.

   Piensa como tus acciones afectan a los demás.

   Recuerda, nos convertimos en gente bondadosa, cuando hacemos cosas buenas.

viernes, 16 de septiembre de 2022

 

Es algo intangible, lejos del conocimiento humano, no es comprensible es extraño, lleno de demás sentimientos; de todo un poco.

Simplemente llega y ya, como todo tiene sus épocas buenas y malas en las cuales se va fortaleciendo o destruyendo poco a poco.

Así como llega con todos sus sueños, expectativas, esperanzas, sensaciones, se va con buenos y malos recuerdos dejando corazones heridos y llorando, que les cuesta un poco olvidar y seguir luchando para construir las esperanzas destruidas.

Puede que no todos reaccionen así, solo el que realmente se entrega en la relación para formar uno solo, para ser amigo, amante, cómplice, apoyo, y demás papeles que se necesitan para formar una buena relación.

Pero no hay que olvidar la confianza que debe haber mutuamente, ya que una relación donde no haya confianza es llena de falsas esperanzas y mentiras mal dichas, pero solo esta persona es la que sufre, así haya sido lo mejor haber terminado.

El amor no es un sentimiento que se pueda explicar, no es algo fácil de sentir, tiene varios pasos de los cuales uno va aprendiendo y creciendo como persona, sacando lo mejor de su pareja para ser uno cada vez mejor.

No se puede negar que es un sentimiento hermoso, pero tampoco que es un sentimiento que mata si se deja que este acabe con uno, por eso es que a veces da miedo entregarse por completo para evitar el sufrimiento.

Muchas cosas se pueden decir del amor y mucho más cuando se tiene experiencia, así esta no lo sea todo, pero es al menos un complemento para poder hablar del tema de forma libre, tranquila y abierta.

 

                              CERRANDO CIRCULOS-PAULO COELHO

 

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

 

¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente \"revolcándote\ " en los porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste ya a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

 

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!

 

Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.

 

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

 

Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente...

 

El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú... Suelta el resentimiento. El prender \"tu televisor personal\" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentalmente, envenenarte y amargarte.

 

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando \"puertas abiertas\", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones? , ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

 

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.

 

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.

 

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

 

Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!

 

LA ÚLTIMA PLEGARIA DE GANDHI


El día 30 de enero de 1948, a las 5 y cuarto de la tarde, en el jardín de Birla House de la ciudad de Delhi fue asesinado Gandhi. Cayó víctima de los disparos que hizo sobre él Na­thuram Godse.

 

Cuando Gandhi, aquella tarde, cayó bajo las balas, sus últimas palabras fueron: “¡Hai Rama, Hai Rama!” (¡Oh Dios!; Oh Dios!). Murió como un verdadero Mahatma, con la palabra Rama ('Dios') en sus labios. Como dijo Einstein, «Quizá las generaciones venideras duden alguna vez de que un hombre semejante fuese una realidad de carne y hueso en este mundo».

 

En la mañana de aquel mismo día Gandhi oró con la plegaría de este antiguo himno gujarati, que mandó cantar a su nieta Manubhen:

 

Ya te sientas fatigado o no ¡Oh hombre!, no descanses.
No ceses en tu lucha solitaria,
sigue adelante y no descanses.

Caminarás por senderos confusos y enmarañados
y solo salvarás unas cuantas vidas tristes.
¡Oh hombre!, no pierdas la fe, no descanses.

Tu propia vida se agotará y anulará,
y habrá crecientes peligros en la jornada.
¡Oh hombre! que soportas todas esas cargas, no descanses.

Salta sobre tus dificultades
aunque sean más altas que montañas,
aunque más allá sólo haya campos secos y desnudos.
¡Oh hombre!, no descanses hasta llegar a esos campos.

El mundo se oscurecerá y tú verterás luz sobre él
y disiparas las tinieblas.
¡Oh hombre!, aunque la vida se aleje de ti, no descanses.
¡Oh hombre!, no descanses;
procura descanso a los demás.

 

“Que Nunca Os Falte La Voluntad, La Paz Interior

Y La Practica De La No Violencia”

GANDHI

miércoles, 25 de mayo de 2022

 

“CUENTO DE LAS DOS VASIJAS”

(Cuento anónimo Hindú)

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón; pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente; desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable, porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada le habla al aguador diciéndole:

-Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.

El aguador, apesadumbrado, le dijo compasivamente:

-Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de ella la mitad del agua que debía llevar. El aguador le dijo entonces:

-¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.

En la vida cada uno de nosotros tiene sus propias grietas personales.

Todos, en algún punto, somos como vasijas agrietadas y con defectos, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de poder aprovechar nuestros puntos débiles para lograr no sólo buenos resultados, sino para darnos cuenta que aunque no lo sepamos tenemos la posibilidad de aportar a la conciencia de humanidad.

 

Naturalmente, el amor genera toda clase de inquietudes y reacciones. Cada persona tiene su propio carácter y temperamento, pues el medio en que ha crecido y sus circunstancias son diferentes. No existe una regla universal que se aplique a todos los problemas y personas. Que dos seres humanos deseen relacionarse afectivamente es algo tan personal, que, en principio, ningún tercero debería inmiscuirse. Sin embargo, como predecesor en la vida y como persona que ha podido acumular más años de experiencia, quiero recalcar un punto clave: nunca se aparten ni se desvíen de la órbita fundamental, que es su propio desarrollo como seres humanos.

El amor tiene que ser una fuerza que los ayude a desarrollarse, a expandir su vida y a hacer surgir ese potencial innato que todos poseen, ese hermoso caudal de vitalidad, frescura y dinamismo. Claro que esto sería lo ideal. Como bien reza el dicho: ‘El amor es ciego. Y ya sabemos que cuando uno se enamora, pierde toda objetividad. Si la relación de pareja que entablan causa preocupación a sus padres, los lleva a descuidar los estudios o a tener inclinaciones autodestructivas, ese amor sólo servirá para hacerse daño mutuamente. Cada uno actúa como influencia negativa para el otro, y de esta manera, a la larga, ambos se condenan a la infelicidad.

miércoles, 19 de enero de 2022

 Fue la otra tarde hablando con un amigo, cuando tratando de descifrar lo que para mi es vivir, se me ocurrió esta idea.

Pensé que la vida es como un gran puzzle, al nacer lo comenzamos, en un principio es fácil, porque son pocas piezas las que tenemos que encajar y aunque estamos empezando a descubrirlo todo, las únicas preocupaciones a la que tenemos que hacer frente, son las de comer y dormir, ya que de lo demás ya se encargan esas dos personas grandes que andan siempre pululando a nuestro alrededor y que son importantísimas para ir encajando piezas.

Nuestros padres son los que nos ayudan a ir colocando las primeras y quizás las más importantes, porque nos dan unas bases para empezar todo el entramado.

Todo es normal, tanto por nuestra parte como por la de ellos.

Nosotros empezamos ahora, ellos ya están de vuelta de todo.

Nosotros descubrimos nuevas cosas, ellos ya van por la síntesis. Nosotros vemos tan solo el momento presente, ellos ven una vida entera. Nosotros nos creemos capaces de todo, ellos se creen indispensables hasta para la menor cosa.

Nosotros vemos pasar el tiempo quizás demasiado de prisa, a ellos les cuesta creer que tú no eres el “mocoso” de siempre. Nosotros somos una libertad que se yergue; ellos, una autoridad que se siente algo amenazada.

Nosotros nos sentimos revolucionarios por naturaleza y quizás por ignorancia; ellos son conservadores por experiencia.

Y lo mejor del caso es que será siempre así hasta la consumación de los siglos. Porque si hay alguna cosa de lo que no cabe duda es de esto, los mismos reproches que hacemos a nuestros padres, ellos se los hicieron a su vez a nuestros abuelos, y nuestros hijos los dirigirán a nosotros algún día, quizá aún con más violencia.

Es una ley de la humanidad. Lo malo es que lo hombres tendemos a tener la memoria corta.

Ellos en su experiencia de la vida han ido aprendiendo mucho, sin embargo somos nosotros, los que tenemos que hacer nuestra vida, cada cual la suya.

Y cada persona, cada situación y cada momento son nuevas piezas que ir encajando en nuestro gran puzzle.

En muchas ocasiones dudamos de donde colocar la pieza que en ese momento cae en nuestras manos y nos sentimos confundidos, porque no sabemos si va al lado de nuestro corazón o tan solo esta allí para ayudarnos a recolocar otras que andan sueltas y no encontramos su sitio justo.

Igual que cuando abrimos la caja, día a día hay cosas nuevas que añadir, algunas son poco importantes o quizás a primera vista pueda parecerlo, pero al igual que son muchas las piezas que componen un cielo azul, todas tienen un valor incalculable, porque si falta tan solo una, las demás no tienen sentido.

El ser humano es soñador por naturaleza, lo que hace que muchas veces pierda el norte real de las cosas, tenemos tantas ilusiones, hacemos tantos planes en base a lo que hemos soñado, que cuando estos fallan o no se cumplen tal y como habíamos esperado, el abatimiento nos inunda, son esos momentos en que nos encontramos con un montón de piezas y no sabemos que hacer con ellas.

Y es que no siempre depende de nosotros mismos, el conseguir que estos sueños se realicen, es cuando se mezclan las piezas de otro puzzle para formar uno mas grande.

Entonces hay un tiempo de desbarajuste total, diferentes paisajes, diferentes momentos que cada cual ha vivido por su lado y que tan solo con mucha paciencia, una gran dosis de comprensión y mucha fuerza de voluntad se pueden ir superando.

Son esas vivencias que a lo largo de todo este tiempo hemos tenido las que nos forman como personas, en las que nuestra personalidad se basa, para que a la hora de reaccionar ante estos momentos de desconcierto, tomemos las decisiones más oportunas.

Y aunque no siempre son las mejores, ni las que nos hacen más felices, tenemos que colocar esas piezas también, encajarlas como mejor podamos dentro de nuestra mente y lo que es mas importante dentro de nuestro corazón.

En muchas ocasiones complicamos las cosas mas sencillas, gracias a Dios los hombres tenemos el don de la palabra y cuantas veces desperdiciamos esta gracia y callamos en los momentos en que una sola palabra haría que encajaran cien piezas de golpe.

Y ¿por qué? Por nuestros miedos, tantos miedos que nos detienen, tantos miedos que nos coartan.

Que pensaran los demás de mi si en este momento encajo esta pieza en mi vida, que dirán de mi si no hago, precisamente, lo que ellos esperan que haga.

Y hasta ese extremo llegamos a condicionar nuestras vidas, que en la mayoría de casos, nos perdemos lo mejor que nos tiene guardado.

Las sorpresas que nos depara el destino y que hacen que merezca la pena seguir sin rendirse.

A veces esos trozos que forman nuestro puzzle cambian de valor y lo que hasta hace un tiempo era pieza base en nuestra vida, en donde giraba todo a su alrededor, por un motivo u otro pasa con el tiempo a un segundo plano.

Podrían ser los amigos que en nuestro camino encontramos y que en su momento son tan importantes y que el tiempo o la distancia hacen que se olviden, aunque no del todo, porque cada una de las personas que a lo largo de nuestra vida conocemos hace que se enriquezca esta.

Inevitablemente algunas dejan un rastro de dolor a su paso y una marca de la herida que causo, que como una pequeña cicatriz, en un principio duele a rabiar, para acabar dejando tan solo una señal que con el tiempo, casi ni la vemos o que solo nos acordamos de ella en contadas ocasiones.

Son surcos de unión entre pedazo y pedazo, necesarios para que todo encaje, porque al igual que no sabríamos distinguir entre penas y alegrías, sino hubiera de las dos cosas para poder comparar, tampoco sabríamos cuando algo es bueno, si no tuviésemos algo de malo.

Disfrutamos el doble de un día de sol si el anterior fue triste y lluvioso.

Ya se que son tópicos, pero cuantas veces en situaciones que nos creemos al limite de nuestras fuerzas, cuando no encontramos la salida, cuando parece que todo nuestro puzzle se nos cae encima, porque alguien ha dado un fuerte golpe encima de la mesa y nos ha descolocado todo.

Olvidamos que no es así, que de una forma u otra se sale, mas o menos dañado, pero mientras se tiene un aliento y un latir en el corazón, el paisaje de nuestra vida seguirá pintándose pieza a pieza.